Andalucía se va de viaje (con sus mejores galas)
Cada vez son más las empresas andaluzas que se lanzan a comercializar sus productos y servicios fuera de las fronteras de nuestro país.
Y no lo decimos nosotros, sino el Observatorio para la Internacionalización de la Economía Andaluza de Extenda, que recientemente ha publicado los datos sobre las exportaciones realizadas desde Andalucía referentes al año 2013.
Las cifras no pueden ser mejores: las exportaciones crecen por cuarto año consecutivo, con un volumen de negocio total de 25.970 millones de euros (33 puntos por delante de la media de España). Resultan sorprendentes los buenos datos del sector aeronáutico y de las tecnologías de la información y la comunicación.
Pero los productos agroalimentarios siguen siendo los líderes en la exportación realizada desde nuestra región. Y lo son, principalmente por la gran calidad de nuestras materias primas. Eso es indudable.
Indudable, pero no suficiente. También hay que saber vender el producto, diferenciarlo, hacerlo atractivo. Si el packaging ya es importante en el mercado nacional, en la fase de la internacionalización del producto es completamente esencial:
¿Por qué?
- Competencia y desconocimiento. Por poner un ejemplo: el aceite de oliva virgen extra es uno de los productos más demandado de nuestro país en otros mercados, por lo que no pocas empresas se lanzan a exportarlo. El desconocimiento por parte del consumidor foráneo de ciertos detalles que aquí marcan la diferencia a la hora de elegir un aceite u otro (como la denominación de origen concreta, o el tipo de aceituna); es un factor a tener en cuenta. En el packaging ideado para la exportación tenemos que tener MUY claro cuáles son las características o ventajas de nuestro producto que conviene destacar en cada mercado.
- Bueno, bonito y caro. En muchos casos, los productos alimentarios españoles son considerados, por su calidad y “exotismo”, como verdaderas delicatessen por los consumidores extranjeros. Ocurre esto, por ejemplo, con muchos de nuestros vinos. En estos casos, el envase y la etiqueta han de ser un fiel reflejo de la calidad y excelencia del producto; lo que justifica su precio a ojos del consumidor antes de comprar (y lo que ayuda a amortizar los altos costes de exportación por parte de la empresa). *Nota: no queremos decir con esto que todos los productos de exportación sean o deban ser caros, sólo en determinadas ocasiones.
- Normativas extranjeras. La normativa sobre el envasado y el etiquetado de los productos alimentarios cambia según el país, especialmente en lo que respecta a la información nutricional.
- Lost in translation. Por obvio que parezca, en los etiquetados de productos para exportación en países no hispanohablantes se debe cuidar especialmente la traducción de sus contenidos. No basta con una traducción literal, sino que se debe cuidar el lenguaje porque, según el país, una palabra pueda cambiar la apreciación del producto por parte del consumidor. Esto es muy llamativo en el caso de marcas que se han visto obligados a cambiar su nombre comercial para calar mejor en ciertos mercados.
Nuestras empresas ya compiten en un mercado global, y el diseño de packaging es fundamental para seguir compitiendo al más alto nivel, siendo el encargado de seducir al consumidor, de comunicar los valores del producto y así agregar valor a nuestras marcas. Y para ello, debe contar con una buena agencia de publicidad.
Recuerda: Tu producto no sólo tiene que ser el mejor, también tiene que parecerlo.